Por Eugenia Relaño: Mujer y musulmana, doble discriminación

Trabajadoras con velo en una cooperativa de Lleida HERMINIA SIRVENT

Uno de los principios fundamentales de la construcción europea es la igualdad. En ella subyacen dos valores que cualifican a una sociedad como democrática: la dignidad humana y la autonomía personal. El respeto por la dignidad humana supone reconocer a todos los individuos el mismo valor con independencia de su orientación sexual, raza, religión o discapacidad. Y garantizar que cualquier persona tenga autonomía personal significa que sea capaz de planear su vida y elegir libremente entre todas las opciones posibles. Vedarle a una mujer el acceso al empleo y al desarrollo profesional porque lleva un pañuelo en la cabeza no solo compromete el medio para ganarse la vida y realizar sus potencialidades, sino que la sitúa ante el dilema de trabajar o dejar discretamente su dignidad de lado a las puertas del trabajo. No olvidemos que cuando un empresario firma un contrato de trabajo con un trabajador, compra su tiempo pero no su alma.

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